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¿El té tiene fecha de caducidad?

Seguramente te ha pasado que en tu alacena encuentras un té olvidado, que te regalaron hace muchos años o que compraste en un viaje pasado. Entonces surge la inquietud de si consumirlo conlleva riesgos. ¿Cómo saber si es seguro? ¿Existe una fecha de caducidad que debas tener en cuenta?

Lo primero que debes saber es que los tés no necesariamente caducan como los alimentos y bebidas tradicionales, pero pueden volverse rancios, perder sabor y desarrollar malos aromas. En este artículo abordaremos las dudas sobre la vida útil del té y algunos consejos para mantener sus cualidades de aroma y sabor. 

Fecha de caducidad vs consumo preferente

El té, al ser un alimento no perecedero, no tiene una fecha de caducidad, la cual  indica el momento hasta el cual puede consumirse de forma segura. En su lugar presenta una fecha de consumo preferente, que informa hasta cuándo el té mantiene intacta su calidad y cualidades sensoriales (aroma, textura y sabor).  

Según la norma mexicana NOM-051-SCFI/SSA1- 2010 sobre  especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, estas son las diferencias entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente: 

La fecha de caducidad “es la fecha límite en que se considera que las características sanitarias y de calidad que debe reunir para su consumo un producto preenvasado, almacenado en las condiciones sugeridas por el responsable del producto, se reducen o eliminan, de tal manera que después de esta fecha no puede comercializarse ni consumirse”. 

En tanto, la fecha de consumo preferente es la que “bajo determinadas condiciones de almacenamiento, expira el periodo durante el cual el producto preenvasado es comercializable y mantiene las cualidades específicas que se le atribuyen, pero después de la cual el producto puede ser consumido”.

¿Cómo saber si el té está en buen estado? 

Hay algunas señales clave que indican si el té aún conserva su frescura: 

Aspecto visual: Observa posibles cambios en color. Cualquier indicio de manchas, moho o deterioro sugiere que es momento de desecharlo.

Aroma: Un té fresco debe poseer un aroma característico y agradable. Un olor rancio indica que el té podría haberse deteriorado.

Sabor: La prueba definitiva. Si el té preparado es insípido o tiene un sabor extraño, es probable que haya perdido sus propiedades.

Consejos para conservar la frescura del té

Si deseas prolongar la vida útil y mantener la calidad de tu té, ten en cuenta estos consejos prácticos:

  • Almacena el té en un lugar fresco, seco y oscuro.
  • Sella herméticamente el envase para evitar la entrada de humedad.
  • Evita colocar el té cerca de fuentes de luz o calor. 

El té tiene una fecha de consumo preferente y su calidad depende de su cuidado y almacenamiento. Mantenerlo en condiciones óptimas garantiza una experiencia de degustación excepcional.

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